Marchamos de expedición a la cavidad subterránea más grande de Europa y tercera del mundo «en cuanto a superficie en planta, con sus 103.115 metros cuadrados».
En esta ocasión, el equipo lo formaban Pasku, Pablo, Javi y Luis. De los cuáles, solo bajaron al infierno Pasku y Pablo, cosa que no podían haber hecho sin el apoyo logístico de Luis y Javi, gracias chicos.
Antes de nada, un poco de información sobre esta gigantesca caverna.
Es complicado hacerse la idea de lo grande que es, la única forma de saberlo es, bajando a la mismísima sala tras descenser 152 metros de rapel, para después subirlos por el mismo sito.
Su entrada, una boca de 4 metros de largo por 1 de ancho a unos 712 metros sobre el nivel del mar, se encuentra en la peñas de Ranero, al lado de la cima del pico Carlista, lugar de gran importancia en las Guerras Carlistas.
Después de una caminata con unas vistas impresionantes, llegamos a la entrada.
Una vez arriba, nos ponemos el equipo, ensacamos las cuerdas, echamos un ultimo vistazo a la topo y… PADENTRO¡¡ Será Pasku quien instale la vertical hasta la gran sala GEV, con unas dimensiones de 497m de largo por 287 metros de ancho y 97m de alto.
Primero se desciende un pozo de 26 metros que te deja en una cómoda repisa, donde habrá que instalar un pasamanos para la siguiente vertical de 25 metros, fraccionada y seguida de otra de 17, que nos deja en la gran campana de la sala GEV, un volado de 84 metracos!!.
Impresionante el sonido de la cuerda y el latigazo final al dejarla caer al abismo.
Las sensaciones son indescriptibles, enorme, gigantesco, mas negro que el sobaco de un grillo, no ves nada ni bajando ni subiendo, quizás alguna roca a lo lejos con el frontal a tope de potencia, pero na de na de na, te sientes pequeño y vulnerable.
Después de una cervecita, descansar un rato y dar las gracias a la virgen que hay justo abajo, miramos hacia arriba y pff.. Es lo que toca, emprendemos la subida a la superficie.
El objetivo estaba claro, bajar y subir, desbloquear un nuevo nivel de dificultad y demostrarnos mucho a nosotros mismos, la proxima expedición será para bajar hasta el sifon terminal, montar campamento y quedarnos un finde entero dentro recorriendo la sala.
Y después de 3 horas.. Estamos fuera, cansados, euforicos, nose, demasiadas sensaciones a la vez, simplemente nos sentiamos poderosos y felices, muy felices.
Gracias Javi, gracias Luís, habeis bajado con nosotros hasta abajo, y a todo el equipo de Espeleolocos. <3