La cárcel de Zamora cerró sus puertas en 1995 tras cuarenta años de historia en los que sirvió de prisión consietudinaria para sacerdotes durante el franquismo y albergó presos peligrosos y terroristas de ETA y el Grapo. Estos últimos protagonizaron una espectacular fuga en 1979. Tras cerrar sus puertas, ha servido como sede de escuela taller y para el rodaje de la película Celda 211. El pasado verano, un grupo de jóvenes promovía la ocupación del edificio, notablemente deteriorado, como sede de actividades culturales. Tras ser desalojados, la polémica se trasladó al ámbito político. Aunque el diputado Antonio Camacho, siendo aún ministro del Interior durante la campaña electoral de los comicios generales del pasado 20 de noviembre, ofreció la posibilidad de ceder el edificio, pero en el tiempo no se produjo ningún trámite burocrático que devolviera a la vieja prisión la posibilidad de ser reutilizada. Y el nuevo Gobierno, en plena época de recortes, tampoco parece tener en sus planes inmediatos la recuperación del edificio.
Adentrémonos a sus destrozados pasillos y celdas.
A más de uno le sonará el número de esta celda.
Ese día se grabó el videoclip de un tema de mi colega Virman.