En las faldas de una montaña, se halla este monasterio en ruinas. A pesar de su estado, sus piedras tienen un extraordinario poder evocador.
Parece ser que la construcción del monasterio data de la primera mitad del siglo XVI, aunque la iglesia, cuyos restos se conservan, es de estilo neoclásico.
Los frailes dominicos que habitaban el Monasterio, para soportar los crudos inviernos, se trasladaban todos los años a este monasterio cuando llegaban las primeras nieves. Durante el resto del año parece ser que este convento servía a los frailes de almacén de provisiones y alimentos.
Este monasterio se empezó a construir el 18 de agosto de 1516.
En el siglo XIX la guerra de la Independencia dejó todos los edificios con huellas del saqueo y la destrucción.
Desde la «Desamortización», este convento pasó a manos privadas y, desde entonces, su deterioro ha sido constante. Lo que nadie sabe explicar es por qué continúa desmoronándose si está declarado » Monumento Histórico Artístico Nacional» (21-03-1978).